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Ponme la mano aquí

Norah Barranco Martos

Memoria y contemporaneidad LGTBIQ+

 

RESUMEN:

El bolero ha sido un puente cultural capaz de aunar emociones y poesía a lo largo del siglo XX. Las personas lgtbiq+ no éramos conscientes de que muchos de ellos eran claros referentes para nuestro colectivo que, aunque camuflados en la ambigüedad, nos mostraban realidades cercanas a las nuestras. Esta instalación trata de visibilizar algunos de esos boleros. Estos sonarán antes de cada ponencia y en los descansos de ambas sedes del congreso. Un panel informativo contará, brevemente, la historia de cada uno de ellos. Un código QR dará acceso tanto al panel como a la playlist de los boleros seleccionados.

COMUNICACIÓN: 

Como en tantas otras disciplinas artísticas el bolero nos habla entre líneas, una destreza que debemos agradecer a la invisibilidad. Hasta hace muy poco tiempo en muy escasas ocasiones las personas del colectivo LGTBI encontrábamos referentes musicales que nos identificaran, que nos tuvieran presentes o que supusiesen una validación para sentirnos menos extrañes en el mundo. Pero había, claro que sí, solo que a veces eran tan sutiles que, solo en nuestra incansable búsqueda, encontrábamos un resquicio al que agarrar nuestra emoción para que no saltara la vacío de la invisibilidad y la soledad.

 

Este breve catálogo no trata de ser una tesis, ni un sesudo análisis de la presencia del colectivo en el inconmensurable mundo boleril. La intención es acompañar desde la música a este congreso que, desde las dos orillas, aborda las artes con una perspectiva diversa, abierta, plural e inclusiva. Los boleros que he elegido son de “Aquí y de allá”, un puente que nos vincula a un pasado no tan lejano en el que habitar los márgenes nos daba la posibilidad de ahondar, en cualquier plano de la existencia, para creernos nuestro derecho a ser, a existir.

El bolero, precisamente, no es un género que se caracterice por mostrarnos amores sanos, pero es lo que hay, y en lo que hay, está nuestra historia reciente común. Lejos de la masculinidad tóxica que proyectan muchos de los boleros tradicionales, cohabitaban mensajes sutiles que en esta playlist que os propongo tienen algunos guiños, e incluso mensajes explícitos que redimensionan nuestro ideario cultural.

 

El titulo de esta intervención artística es “Ponme la mano aquí” en clara referencia a Macorina y al bello bolero que le dedicó la más visible de las interpretes, la querida Chavela Vargas.

 

  • Ponme la mano aquí, Macorina. Aunque el autor de los versos era el asturiano, Alfonso Camín, fue Chavela quien musicó este tema dedicado a la primera mujer taxista de La Habana, que encandiló tanto a Chavela que decía no conocer belleza igual.

  • Tú me acostumbraste. Sutil llegaste a mi como la tentación, dice la letra, y así nos llega este bolero de Frank Domínguez. No es necesario profundizar demasiado en su mensaje para identificarse en ese despertar amoroso que han versionado desde Olga Guillot a Lola Flores pasando por un sin fin de interpretes. La que escuchamos es versión de Omara Portuondo y Natalia Lafourcade.

  • No niegues que me quisiste. En voz de Bola de Nieve este tema de Jose Alfredo Jimenez, nos arrolla con esa necesidad de reconocimiento de lo vivido, una reivindicación de la visibilidad frente a la vergüenza.

  • No soy de aquí ni de allá. Si bien el autor es Facundo Cabral, es Chavela quien la populariza. Lo novedoso es escuchar a una mujer hablando de como le gustan las mujeres, una enumeración de posibilidades amorosas femeninas que en su voz son un himno a la diversidad (casi al poliamor, diría yo).

  • Déjame recordar. Ignacio Jacinto Villa Fernández más conocido por su nombre artístico Bola de Nieve, fue un cantante, compositor y pianista cubano. Merecería una ponencia entera, pero recuperado (como Chavela) por el cine de Almodovar en España, se convierte en una transparente voz de visibilidad y emociones. Nunca fue perseguido por su homosexualidad por afinidad al régimen cubano, aunque, pese a lo evidente de sus letras, no se hizo pública su orientación sexual hasta después de su muerte. 

  • No puedo ser feliz. En voz de Omara Portuondo escuchamos estes tema de Adolfo Guzmán. “Hoy que ya nos separan la ley y la razón”, El drama de separación refleja la imposición sociocultural de la época, pero la belleza de la declaración de amor eclipsa el dolor, como nos lleva pasando a las personas del colectivo siglos y siglos, en las que hemos sobrevivido por amor, amores y hasta amoríos.

  • Dos gardenias. He elegido la versión de Sole Gimenez porque el tema lo merece. Lo hemos escuchado hasta la saciedad cantado por Antonio Machín, pero teniendo en cuenta que forma parte del repertorio de la compositora y pianista cubana Isolina Carrillo que, pese a estar casada, dedica este tema a su amante mujer (cuyas flores favoritas eran las gardenias), que menos que escucharlo con voz de mujer.

  • Que sabes tú. Myrta Blanca Silva Oliveros, conocida popularmente como Myrta Silva o La Gorda de Oro, fue una cantautora y actriz puertorriqueña que compuso este reproche musical. Olga Guillot exprime con esa tremenda energía que recorre los márgenes de las posibilidades, haciendo un alegato de la madurez entendida como apertura.

  • Vete de mí. Martirio, uniendo puentes musicales, versiona este tema de Bola de Nieve. Dedicado a su jardinero, mucho más joven que él no puede soportar el amor no correspondido que siente y lo despide, de ahí nace este clásico.

  • Soy lo Prohibido. La voz de Olga Guillot. Compuesta por Roberto Cantoral y Dino Ramos. No requiere más explicación que su letra.

  • La pared. Si hay una voz transgresora, transparente y abiertamente gay esa es la de Bambino. En mitad del franquismo era capaz de trasformar su música y su presencia en un canto a la visibilidad. Este tema está compuesto por Miguel Vargas Jiménez, pero la impronta canalla de Bambino lo cambia todo. La pared social y cultural que había que romper, maravilla de himno.

  • Sin ti. Casi un himno compuesto por Pepe Guizar que, interpretada por Los Panchos, narra la historia de distancia forzada entre un militar que parte al frente y el hombre al que ama.

  • En un mundo raro. En este tema de Jose Alfredo Jiménez, no se anda con rodeos: el mundo raro es en el que hay que mentir. La versión de Martirio es un verdadero puente entre orillas.

  • Mi manera de querer. Y para terminar llegamos a nuestro momento, a este, a presenciar tanto cambios (y seguir buscando más) que disfrutar de este tema de Natalia Lafourcade nos resarce de tanta oscuridad, nos abre las ventanas dándonos la esperanza fresquita de encontrar maneras de querer más sabias y sanas.

póster Norah Barranco
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